En la parte final de nuestro jardín, tenemos unas pequeñas parcelas con huerto y dedicamos una parte de nuestro tiempo a cuidarlo con cariño y energía. Quizás haría falta dedicarle más horas, pero el siempre nos acaba recompensando en mayor o menor medida. Recogemos una buena cosecha que llena gratamente nuestra despensa y es un alivio para el presupuesto de la lista de la compra y más en estos tiempos que corren.
Primero hacemos crecer las plántulas en el semillero, con paciencia ya que no todas prosperan del mismo modo. Después las que han crecido bien son transplantadas con delicadeza en las parcelas.
Aquí el Artista preparando el entramado con cañas y removiendo la tierra, básicamente esta faena es cosa mía. Preparo las cañas, en primavera en esta ocasión, donde treparan los tomates, las judías y los pepinos. Un trabajo laborioso y entretenido.
Dizzy, nuestro pequeño perro teckel me observa con mirada atenta.
Aquí varias fotos de la última cosecha de habas del invierno pasado, tuvimos mucha producción. De toda una parcela que plantamos, cosechamos un montón de habas. Unas se congelaron y otras se repartieron, entre familiares y amigos que vinieron de visita.
Disfrutamos de las habilidades culinarias de Luli (mi madre) que prepara unas habas a la menta con mucho cariño y arte, luego todos las disfrutamos en la mesa. La menta de nuestro pequeño jardín de aromáticas, le da el toque final al plato.
El año pasado adquirimos unos pequeños frutales; un melocotonero que nos regalo unos frutos diminutos pero sabrosísimos. Ahora están en le proceso de crecimiento y parece que se están agrandando más que el pasado año. Esperamos todos su néctar con impaciencia e ilusión.
También tenemos un pequeño manzano que el año pasado hizo pocos frutos y este año enfermo; tenemos que aprender los cuidados adecuados para estos frutales. Todo necesita de su técnica y nosotros ya buscaremos la información necesaria.
Aquí entre el maíz y los calabacines, Luli cuida también del huerto. A pesar de su avanzada edad, cuando viene a casa siempre participa de los trabajos del huerto. Con mucha ilusión y cariño ya que este huerto lo empezó su padre y ha pasado de generación a generación hasta que ha llegado mi turno de seguir con la tradición familiar, por mi inquietud hacia la vida sencilla y autosuficiente. Mi madre escucho los sabios y experimentados consejos de su padre y ahora ella nos orienta a nosotros, con toda la sabiduría y experiencia que lleva la edad.
Ella durante años cuido de las parcelas con su marido y ahora la vemos seguir con la tradición familiar y el amor a la tierra, con mucha pasión y toda la salud que todavía conserva.
Dizzy a ratos se para de sus paseos por el jardín y nos mira como trabajamos la tierra, parece que también espera con paciencia nuestra cosecha.
Aquí se puede ver las plantaciones de los pepinos, es una hortaliza que crece muy bien en nuestro tipo de tierra y lo saboreamos a menudo mezclado en nuestros gazpachos refrescantes.
En esta imagen se pueden ver los tomates al fondo bien frondosos y en primer plano las berenjenas y los pimientos.
Otra foto de la cosecha del huerto. Las berenjenas son hortalizas muy prolíficas en nuestros bancales.
Una imagen graciosa de mi compañera bromeando, con la cesta llena de hortalizas de la cosecha de verano.
Primeros planos de las hortalizas en su planta, antes de su recogida.
La cesta de la cosecha retratada con fondos de decoraciones en trencadís, en un rincón del jardín.
Las berenjenas son unas hortalizas muy sabrosas y las utilizamos a menudo en nuestros menús del día a día.
Una imagen bonita en primer plano de los pimientos recién regados.
Por ultimo, Luli observa satisfecha el cesto repleto de berenjenas y pimientos. Parece que ya esta planeando los menús de la semana. Una cosecha que va del cesto al plato, verdura fresca para toda la familia e invitados, un regalo para cada comensal; el regalo de la cosecha del huerto.